Convertirme en madre despertó en mi muchas inquietudes, y a medida que las peques han ido creciendo mi interés por la educación y las diferentes pedagogías ha ido en aumento. Particularmente no educamos siguiendo ninguna metodología en concreto, y además no tenemos proyectos alternativos cerca de casa, pero sí tenemos contacto con gente que los viven en primera persona o que se han convertido en auténticas expertas, y de quienes tengo la suerte de aprender cada día.
Por algún motivo siempre me ha llamado mucho la atención todo lo relacionado con la pedagogía Waldorf, y en casa tenemos algunos juguetes, como los archi famosos arcoiris (que por cierto, después de semanas agotadísimos vuelven a estar disponibles en Jugaia) o bloques de madera natural, pero no habíamos tenido ocasión de utilizar materiales como los que os muestro hoy.
Para presentarlos, tengo la ayuda de Gemma, que pertenece a Madreselva Asociación Waldorf de Ciudad Real, un proyecto precioso de jardín de infancia en Ciudad Real que quiere seguir creciendo y para lo cual necesitan nuestro apoyo.
«En Waldorf se trabaja siempre sobre papeles en blanco. No se les plantea colorear o que no se salgan de la línea. Son trazos libres y habitualmente con pocos colores para que sean ellos quienes hagan las combinaciones que quieran. Además el maestro observa mientras pintan y se fija en lo que el niño expresa. Como hace los trazos, si aprieta mucho o poco… se fija en el proceso, no en el resultado, por eso los dibujos de los niños no se exponen, sino que se guardan en una carpeta individual de cada uno, cosida con lana por ellos mismos. Lo que importa no es el resultado, sino las sensaciones que vivían mientras pintaban»
Lápices Lyra: Se presentan en un porta lápices realizado con tronco de árbol y están adaptados a la teoría del color de Goethe. Con ellos se trabaja la parte artística y su forma está diseñada para que los niños los puedan utilizar con facilidad ya que las pequeñas endiduras del lápiz se adecuán al agarre de sus pequeños dedos. Cera de abeja para modelar. Se trabaja la voluntad, la paciencia y la espera, ya que primero hay que trabajarla para reblandecerla y poder crear con ella. El calor de las manos reblandece la cera y hace que se pueda crear cualquier figura. Además de un material precioso para trabajar con él, huele de maravilla. Bloques de cera para colorear. Se adaptan a la mano del niño que les proporciona una buena sujección y facilidad en el trazado, especialmente para los más pequeños. Con ellas se consiguen distintos efectos según la presión, incluso con el mismo arrastre de la cera por el papel. La llegada de estos materiales a casa ha supuesto una pequeña «revolución» en nuestro espacio creativo. Los lápices se han convertido en el instrumento favorito de Martina y al contrario de lo que yo pensaba, disponer de «tan pocos» colores no le supone ningún inconveniente sino más bien al revés. Tener las opciones «limitadas» de algún modo hace que se centre más en lo que está haciendo y que si quiere el color naranja o morado, mezcle por si misma hasta encontrar el tono que busca. Julieta se ha vuelto inseparable de sus ceras y le encanta descubrir su potencial, y ambas están disfrutando mucho con las ceras de modelar y de todo el proceso que supone trabajarla para poder crear figuras. El Proyecto Waldorf Madreselva como os comentaba al principio del post, tienen como objetivo continuar creciendo y mejorando sus instalaciones y para ello necesitan nuestro apoyo. Podéis colaborar con ellos y a cambio recibir «recompensas» como este pack de arte, muñecos y hadas de lana, jabones artesanales, plazas en talleres… Podéis ver toda la info sobre el mercenazgo aquí: https://goteo.org/project/proyecto-waldorf-madreselva
¿Os animáis a participar en esta iniciativa y llevaros un poquito de Waldorf a casa? desde aquí os lo recomiendo totalmente.
¡Feliz fin de semana!