Mientras editaba las fotos de este post pensaba que aunque viajar en familia es algo que nos encanta, lo que más me ha gustado de esta experiencia viajando en pareja es lo mucho que cunde el tiempo! Desde primera hora en marcha, ocupándonos de nosotros, sin tener que parar el coche cada 30 minutos porque alguna se hace pis o se marea… vamos que el tiempo se estira y de qué manera.
Así que aviso desde el principio, la ruta que os propongo hoy la hicimos los dos solos de 10 de la mañana a 11 de la noche, pero no sé si con peques hubiera sido igual.
SAN VICENTE DE LA BARQUERA
La última vez que vinimos por Cantabria se nos quedó por ver este pueblo pesquero que bien merece una visita y una caminata por la muralla que lo rodea. Nosotros dimos un paseo callejeando y quisimos entrar al Castillo pero lo encontramos cerrado, así que pusimos rumbo hacia Comillas por la costa, haciendo una parada en la playa de Merón, repleta de surferos esperando la ola perfecta.
COMILLAS
Otro de los sitios que no vimos en nuestro último paso por esta zona es Comillas, famosa por su Universidad y también por El Capricho de Gaudí, un edificio proyectado por el arquitecto en 1883 que después de haber sido un restaurante, volvió a recuperarse como casa museo. Si estáis por la zona por favor no os lo perdáis. Es una auténtica maravilla a nivel estético y funcional y la historia que tiene detrás es apasionante. Visita guiada imprescindible!
SANTILLANA DEL MAR
Aquí sí habíamos estado, pero es un sitio para volver una y mil veces. Es considerado uno de los pueblos más bonitos de España y no le falta razón. Además, el turismo ha contribuido a que esté doblemente cuidado y pasearlo es una gozada. Aquí aprovechamos para tomar café en la terraza del Parador y hacer las típicas compras gastronómicas de anchoas y sobaos. Nos recomendaron visitar los talleres de cerámica, pero estuvimos a media tarde y los encontramos cerrados en horario siesta 😉
CENA HOMENAJE
De vuelta al Camping, después de pasar todo el día por ahí, decidimos que nos daríamos un homenaje en la cena y reservamos en el restaurante Santa Luzía, en Mazcuerras. Si os pilla cerca, 100% recomendable tanto si vais en pareja como si vais en familia.
El espacio se divide en varias salas en el interior, con bar, lounge, restaurante e incluso una preciosa zona infantil. Y en su exterior, terraza y parque con columpios.
El sitio es precioso, la atención fantástica (gracias por todo, Eva!), la carta innovadora, la comida exquisita y el precio más que razonable. No os vayáis de allí sin probar el pez mantequilla!
Y con esto doy por terminada nuestra ruta por Cantabria en esta escapada para dos! Nos quedan mil lugares que conocer porque como dice su claim, «Cantabria es infinita», así que seguro que volveremos.