El lunes os contaba que nos escapábamos en familia a Tarragona y hoy os cuento la primera fase de nuestro viaje.
Estos dos días nuestro “campamento base” (nunca mejor dicho) ha sido el Camping Miramar situado en la zona costera de Montroig del Camp en Tarragona.
El año pasado ya descubrimos el camping de La Ballena Alegre en la zona de Girona (Sant Pere Pescador) que nos encantó, y es que la costa catalana es famosa por sus innumerables campings de todo tipo y son una opción fantástica si viajas en familia.
Nuestro camping en estos dos días ha sido toda una experiencia, especialmente para las niñas, y es que hemos dormido una caravana por primera vez!
Las caravanas del Camping Miramar son caravanas vintage recuperadas, y amuebladas y decoradas al detalle con un estilo retro de lo más acogedor.
A pesar de no ser muy grandes, disponen de todo lo necesario para poder dormir y cocinar en ellas. Una cama de matrimonio, un par de bancos y mesa convertibles en otra cama igual de grande, mini nevera, cocina eléctrica, todo el menaje que puedas necesitar, y muchísimo espacio de almacenaje.
Además, cada caravana cuenta con su propia parcela con una zona ajardinada, barbacoa, y mesa y bancos protegidos del sol, desde donde ahora mismo estoy escribiendo el post, por cierto 😉
Las duchas y los aseos están en un edificio aparte en el centro del camping y reconozco que me sorprendieron para muy bien. Las instalaciones están nuevas, y la limpieza es impecable. Además, los peques tienen su propia zona con wc y lavabos de su tamaño, y una bañera alta para los más bebés. Me comentan además que a partir del 15 de junio habrá un segundo módulo de aseos al lado de la zona de caravanas vintage para tenerlos aún más cerca.
La caravana que nosotros elegimos (amarillo vainilla) es una de las que más cerca están de la playa, y creo que es un acierto ya que tienes la playa a 20 pasos y mucho terreno para que las peques exploren a sus anchas y en libertad.
En estos días por ejemplo han estado como locas recolectando caracoles y haciéndoles casitas con piedras y hojas para observarles de cerca, se han rebozado en la arena de la playa, encontrado 1558 piedras de todos los colores, y hasta se han atrevido a darse un chapuzón. El agua está fresquita, pero acostumbradas a veranear en el Atlántico y su sangre medio gallega, para ellas esto es un spa.
Nos ha encantado la experiencia, y desde luego hemos acertado de pleno en la época para venir. No hay apenas gente, y estamos teniendo una suerte con la temperatura que no nos la creemos. En sandalias por el día y con rebequita por las noches para dormir fenomenal.
En el Camping Miramar también tenéis un pequeño súper y una cafetería que abrirán a diario en temporada alta, pero a pocos kilómetros se encuentra Miami Platja, con un montón de supermercados en los que comprar de todo, y varios restaurantes.
Nosotros probamos la pizzería Golden la primera noche y guay. La comida buenísima y la atención de 10. La segunda noche improvisamos un picnic en el porche de la caravana porque nos pasamos todo el día haciendo turismo cultural y estábamos todos demasiado cansados como para salir del camping, y con una ensalada y bocatas nos apañamos la cena.
Hoy dejamos Camping Miramar y nos vamos al Camping Playa Montroig, un concepto de camping totalmente diferente, tipo resort, del que ya os hablaré por aquí 🙂
El viernes os cuento nuestra visita a Tarragona City y alrededores!