Carmen del Campillo, una tetería secreta en Crevillente

Si tuviera que quedarme con una sola de las cosas maravillosas que recibo cada día de este blog, sería sin duda el cariño de quienes siguen nuestras aventuras por aquí y por redes sociales. Y es que gracias a una seguidora y su recomendación, hoy puedo escribir este post y descubriros un vergel secreto escondido entre caminos levantinos que nos encantó a los cuatro.

El sitio se llama ”Carmen del Campillo”, y es como su nombre indica, un Carmen granadino reconvertido en una tetería que te traslada al mismísimo Marruecos. Todo el recinto rebosa vegetación, y te maravillas a cada paso que das por él.

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Cuando publiqué en Instagram la visita, hubo gente de la zona que me dejó comentarios diciendo lo difícil que era llegar, que lo habían visitado una vez y nunca más supieron volver, incluso que hace años, en la era pre internet, la gente se pasaba de unos a otros un mapa hecho a mano con las indicaciones, o que había pequeñas señales en rocas que te indicaban el camino. Me encantan este tipo de historias, la verdad… me hacen tener un poco de nostalgia de cuando no existían los móviles o el GPS!

La realidad es que llegamos perfectamente con Google Maps poniendo directamente “Carmen del Campillo” en el buscador. Vamos, que no hizo falta ni poner las coordenadas, ni preguntar a nadie de la zona. El navegador nos llevó a la puerta sin perdernos ni medio metro.

Y qué contaros del sitio… me habían dicho que merecía la pena la visita, que el sitio era mágico, que dejaba con la boca abierta… y no es que no nos defraudara, es que superó con mucho todo lo que esperábamos. Pero mejor que contároslo con palabras, permitidme que este post tenga una sobredosis de fotografías que muestran alrededor del 25% del espacio… imaginad lo enorme que es!

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Os doy un poco de información práctica sobre el sitio. Tiene varias plazas de parking a la entrada, y cuando llegamos nosotros, sobre las 18:00, no había problema de aparcamiento, aunque cuando nos marchamos sobre las 20:00 ya estaba bastante lleno.

Los menores de 14 años no pueden pasar sin estar acompañados por sus padres. Yo no imagino a menores de 14 llegando solos al sitio pero si han puesto el cartel, tendrán sus motivos! Los niños son bienvenidos, pero no es un sitio para estar correteando y armando jaleo, si no un lugar donde la gente, en su mayoría adulta, va a disfrutar de un pequeño remanso de paz en medio de la nada.

Aún así, sí recomendaría el lugar para ir con niños, especialmente a horas tempranas como hicimos nosotros. Hay mil rincones para explorar y algunos animales que harán que los peques no se aburran un minuto, como el gatito con el que estuvieron jugando las niñas las dos horas que estuvimos allí y que casi se viene con nosotros en el coche.

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DSC_1716 DSC_1736 DSC_1756 DSC_1760DSC_1711 DSC_1714En la carta tienen tés, refrescos, granizado, batidos, y algunos dulces marroquíes, pero nada de comida para cenar. El precio por entrar son 6€ e incluye la primera consumición, tomes lo que tomes, también los niños. Las siguientes consumiciones son 3€ creo recordar.

Nosotros tomamos granizado de limón, horchata, y unos tés, y pusieron un platito de galletas a las peques.

Tienen muchísimas mesas en los jardines, alfombras, cojines, en un pasillo exterior que rodea la casa, y por en el interior, en cada habitación, sala, recoveco, encontrarás un lugar confortable y con encanto para tomar tu consumición.

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Al salir, el dueño del lugar regaló dos cestos a las niñas con los que estuvieron recogiendo flores del suelo, y a mi esta postal con un escrito que me llegó al corazón. Un detalle precioso que se nos quedará en la memoria para siempre, y que hizo aún más mágica nuestra visita.

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Verdaderamente es un espacio enorme y precioso con mil rincones que descubrir. Quizá por las fotografías os podíais hacer una idea de cómo es pero la realidad es que es mucho más que lo que muestro. Hay que ir y verlo sin duda alguna, así que si vais por la zona, no os lo perdáis!

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